27 de mayo de 2014

Carta sin destino

  Hace mucho tiempo quería hacer esto, pero siempre sucede algo que lo impide o, quizás yo busco que nunca ocurra, sin embargo, hoy estoy aquí y ya no puedo echar marcha atrás.
  Siendo que la distancia entre nosotros es cada vez mas inevitable, no es que alguna vez hayamos sido muy cercanos, sin embargo hoy no puedo decir ni siquiera eso. Sus oídos están tan envenenados, tan engañados. Tienen veintisiete años de secretos, veintisiete años que usted desconoce de quien soy y de que es lo que han hecho de mi.
Usted a sido la razón por lo que he sido fuerte tantas veces, usted a sido mi ejemplo de agallas, de valentía, de esfuerzo, siempre busque ser como usted, pero de repente, ya no lo quería más, de repente todo se volvió tan feo que el golpe me hizo caer, caer tan profundo que ya no podía ver nada, que ya no podía ver a nadie. 
Ella lo ha cegado tanto, ella le ha mentido tanto, que al final se a vuelto un circulo vicioso en donde usted es feliz. ¿Que pasó?
Podría contar con mis manos las veces que lo he visto sonreír y lamentablemente dentro de mis manos, dentro de esos números, mas de la mitad de mis dedos, fue por el alcohol.
Si me preguntan en estos momentos que es lo que siento, luego de veintisiete años, puedo decir que "nada", que me acostumbre al dolor tanto, que ya no lo siento.
Discúlpeme que le aclare algunos puntos donde usted se siente mas cómodo y feliz siendo un completo ciego he ignorante, pero es necesario que usted sepa, que el respeto no se gana a gritos, que si necesitaba que lo escucháramos, bastaba que estuviera presente... eso me hubiese gustado tanto... estoy segura que tantas cosas no hubiesen pasado si usted hubiese estado ahí, su hubiese escuchado mis gritos de auxilio, si tan solo me hubieses escuchado... papá... Sabes que tengo tan vagos recuerdos de mi infancia, hay fotos que ni siquiera recuerdo que hacia cuando la sacaron, que edad tenia, cual es ese lugar, por que esa foto. Tengo tan solo algunos pocos flash en mi mente que a veces me pregunto si realmente tuve infancia. Lo peor no es querer recordar, lo peor es recordar y que en ninguno estés tu.

Papá, pese a todo... te amo tanto... te extraño, extraño esos momentos que jamas vivimos, extraño esos abrazos que nunca me diste, los cuentos que nunca escuche, los besos que aun espero, extraño tanto al padre que siempre espere, pero nunca tuve.

Tengo tanto de ti, pese a que seas un desconocido para mi, una imagen borrosa en el tiempo. Tengo tu frialdad que hoy me pesa en alguien mas. Tengo tu fuerza que aplicabas sin pensar en nadie mas. Tengo tu corazón duro como piedra, frío como el pedazo de metal, insufrible, intocable.

Lo siento por jamas decir lo que sentía, lo siento por esta carta sin destino...

... Aprendí del mejor!!!


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