20 de octubre de 2009


Todo se paga en esta vida, quizás esta es mi señal de que llego mi hora de pagar por tanto daño que he causado… cada noche le digo a mi hijo “que Dios jamás te castigue por mis pecados”, y si para librarlo a él de mi mierda, debo pasar por todo esto y debo dar mi vida por que el viva la suya tranquilo, lo haré y haré hasta lo imposible por que el este siempre bien, este o yo no este. Mi hijo es la bendición mas perfecta de mi mundo y agonizo en la impotencia de recordar como le espere, los meses que añore su llegada, las ganas de sentirlo moverse dentro de mi… la felicidad infinita que me causo su llegada, fue el dolor mas reconfortable, por que de ese dolor salio la razón mas importante para vivir, para ser alguien… Hijo mío, si pudieras entender el dolor que siento dentro mío.

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