
¿Qué fue todo lo que paso?
¿Qué fue todo lo que sentí?
Si esto fue amor, entonces déjenme decir que me enamore, pero de una Utopia creada por esta miseria de creer en el amor bonito, diferente, fantasioso, en castillos que flotan en el aire.
Idealice a una mujer diferente a cualquiera que a pasado por mi vida, mas fue otra coleccionista de dolor.
La hice perfecta ante mis ojos, hermosa ante cualquier ángulo visible. Ojos delicados, sonrisa deslumbrante, cuerpo en manos de escultor, aroma incitante, piel de terciopelo, un alma tan blanca como las nubes y un corazón magno, sensible pero orgulloso a la vez, tan rojo como la sangre que corre por sus venas y tan puro como el agua de un manantial.
Su pelo desordenado le daba igual belleza que su pelo ordenado.
Un Ángel, cree un ángel en mi mente y en mi desesperado corazón. Subí nubes y nubes para llegar a ella, y ya estando allí arriba, vi como mí ángel se esfumaba con miles de excusas para no llegar a mí, intente alcanzarla, luchar por tomar su mano suave, pero se alejaba, cada vez se alejaba más. Me pregunto ¿Por qué?
Di un mal paso y caí de golpe al suelo, volví a la tierra, volví a mi realidad y aquí estoy preguntándome ¿Por qué mi ángel huye de mi?
Me miro en el espejo, miro a mi alrededor, miro mi pasado y encuentro la respuesta a toda esta historia.
No es que mi ángel se alejara de mí, es que mi ángel nunca fue para mí.
Hoy debo decir que la extraño, que mis días vacían de alegría sin su presencia, que contengo mis ganas de buscarla, de llenar su metro cuadrado de flores las cuales jamás igualarían su inmensa belleza.
La necesito, por que cada día que respiro sin ella, respiro el oxigeno que sobra de mi.
Aquí estoy, digna pero estúpidamente sobrellevándola en silencio
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